7 de octubre de 2009

ni siquiera es dueño
del silencio que lo condena
ni de la terrible intuición
que le brota del pecho
cuando cae la noche
y se suicidan las nubes

-porque para él
todo es cenizas y puentes rotos-

2 comentarios:

Señor De la Vega dijo...

Sin duda, él
no la conoce.

Zârck. dijo...

Desolador. Y real, lo cual le da más crudeza.

Saludos desde el Jardín.